¿QUE ESTÁ MIRANDO TU CORAZÓN?
Lucas 23:50-54:
(50-51) Había un hombre llamado José, que era del pueblo de
Arimatea, en la región de Judea. Este hombre era bueno y honesto, y deseaba que
Dios comenzara ya a reinar en el mundo. Era miembro de la Junta Suprema, pero
cuando la Junta decidió que Jesús debía morir, él no estuvo de acuerdo.
52 José fue a hablar con Pilato, y le pidió el cuerpo de
Jesús para enterrarlo.
53 por eso fue y bajó de la cruz el cuerpo, lo envolvió en
una tela fina, y lo puso en una tumba hecha en una gran roca. Esa tumba nunca
antes había sido usada.
54 ese día era viernes, y los judíos se preparaban para el
descanso del día sábado, que estaba a punto de empezar.
Este José de Arimatea que habla la biblia era un judío que
creía en Jesús, José anhelaba que el yugo de los romanos sobre los judíos fuese
quitado y que solo Dios gobernará en ellos los judíos. José al igual que el
resto de judío esperaba el sábado para su descanso y así participar y
regocijarse en el mandato del Señor. Sus planes y todo lo que ya tenía previsto
fracasaron, su paz se turbo y su corazón se entristeció. Yo voy por él,
pensaría José, yo quiero servirle aun cuando Él no me está viendo, yo quiero
servirle aun cuando tengo que dejar a un lado mis planes. Yo voy por Él aún sin
esperar nada a cambio, mi mayor recompensa es tener el gozo en mi corazón que
le serví a Jesús el hijo de Dios que murió injustamente en lugar de un
delincuente; y a manos de un montón de falsos religiosos.
Imagino a José pensando todo esto y diciendo en voz baja
frente al cuerpo de Jesús “yo creí en ti Jesús"
Salmos 38:9
9 Señor, delante de ti están todos mis deseos, Y mi suspiro
no te es oculto.
Seguramente José no tenía idea de que el Espíritu Santo que
luego levantaría a Jesús en victoria le escuchaba.
Cómo nos ha pasado a ti y a mí, que pareciera que hablamos
solos pero Dios está escuchando todo aún sin mencionar palabra alguna; él
escucha nuestros pensamientos.
¿Qué está mirando tu corazón?
Recuerda que por más oscuro que este el panorama la luz
aparecerá y toda tiniebla tiene que irse. Imagínate en el gozo de José de
Arimatea cuando se enteró que Jesús había resucitado sé que en su corazón lo
supo y se regocijo en el Salvador.
Hoy te animo a que creas que no todo está perdido. Si hay
muerte Jesús la convierte en vida y si hay enfermedad será para la gloria de
Dios. Si hay escasez declara que es el momento propicio para el milagro de la
abundancia.
Hay un recuerdo en nuestra memoria. Jesús murió. Pero hay
gozo en todo nuestro ser porque él resucitó. Aleluya
Compartido por Liliana Atencia
Comentarios
Publicar un comentario